xEzq. 35:9
aaEzq. 35:10
adSal. 31:18; Ezq. 35:12
aeEzq. 35:5
ajEzq. 35:11
bi1Rey. 18:26
bnNúm. 32:23; Prv. 16:33
bv2Sam. 24:17; 1Crón. 21:17
czJer. 1:17; Ezq. 2:7

Obadiah

Humillación de Edom

1Visión de Abdías.

Así dice el Señor Dios acerca de Edom a:

«Hemos oído un mensaje del Señor b,

Y un mensajero ha sido enviado a las naciones c, a decirles:

»Levántense y alcémonos contra Edom en batalla d».
2«Yo te haré pequeño entre las naciones e;

Despreciado eres en gran manera.
3»La soberbia de tu corazón te ha engañado f,

Tú que habitas en las hendiduras de la peña g,

En las alturas de tu morada;

Que dices en tu corazón:

“¿Quién me derribará por tierra h?”.
4»Aunque te remontes i como el águila,

Y aunque entre las estrellas j pongas tu nido,

De allí te derribaré», declara el Señor.
5«Si vinieran a ti ladrones

O salteadores de noche k

(¡Cómo quedarías arruinado!),

¿No robarían solo hasta que les bastara?

Si vinieran a ti vendimiadores,

¿No dejarían algunos rebuscos
O racimos.
,
m?
6»¡Cómo será escudriñado Esaú n,

Y rebuscados sus tesoros escondidos!
7»Hasta la frontera te echarán

Todos tus aliados o;

Te engañarán, te dominarán

Los que están en paz contigo;

Los que comen tu pan

Tenderán emboscada contra ti p.

(No hay entendimiento en él
I.e. Esaú; o, en ello.
,
r.)
8»¿No destruiré en aquel día»,

declara el Señor, «a los sabios de Edom s

Y el entendimiento del monte de Esaú?
9»Entonces tus valientes serán atemorizados t, oh Temán u,

De modo que todo hombre será cortado del monte de Esaú con muerte violenta v.

10»Por la violencia contra tu hermano Jacob w,

Te cubrirá la vergüenza,

Y serás cortado para siempre x.
11»El día que te pusiste a un lado y,

El día en que extraños se llevaban su riqueza,

Y extranjeros entraban por su puerta

Y sobre Jerusalén echaban suertes z,

Tú también eras como uno de ellos aa.
12»No te alegres en el día de tu hermano,

En el día de su exterminio ab.

No te alegres de los hijos de Judá ac

En el día de su destrucción.

Sí, no te jactes ad

En el día de su angustia.
13»No entres por la puerta de Mi pueblo

En el día de su ruina ae.

Sí, no te alegres tú de su desgracia

En el día de su ruina;

No te apoderes de sus riquezas af

En el día de su ruina.
14»No aceches en la encrucijada

Para exterminar a sus fugitivos ag,

Y no entregues a sus sobrevivientes

En el día de su angustia.

Restauración de Israel

15»Porque se acerca el día del Señor sobre todas las naciones ah.

Como tú has hecho, te será hecho ai;

Tus acciones recaerán sobre tu cabeza aj.
16»Como ustedes bebieron ak en Mi santo monte al,

Así beberán continuamente todas las naciones.

Beberán y tragarán am,

Y serán como si no hubieran sido.
17»Pero en el monte Sión quedará un remanente,

Y será lugar santo an,

Y la casa de Jacob volverá a tomar sus posesiones ao.
18»Entonces la casa de Jacob será un fuego ap,

Y la casa de José una llama,

Y hojarasca la casa de Esaú.

Los quemarán y los consumirán,

Y no quedará sobreviviente aq alguno de la casa de Esaú»,

Porque el Señor ha hablado.
19Entonces los del Neguev
I.e. región del sur.
poseerán el monte de Esaú as,

Y los de la Sefela at, la llanura de los filisteos au;

Poseerán también el territorio de Efraín y el territorio de Samaria av,

Y Benjamín poseerá Galaad.
20Y los desterrados de este ejército de los israelitas

Que están entre los cananeos hasta Sarepta aw,

Y los desterrados de Jerusalén que están en Sefarad,

Poseerán las ciudades del Neguev ax.
21Los libertadores subirán ay al monte Sión

Para juzgar al monte de Esaú,

Y el reino será del Señor az.

JONÁS

Jonah 1

Capítulo 1

Desobediencia de Jonás

1La palabra del Señor vino a Jonás ba, hijo de Amitai: 2«Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad bb, y proclama contra ella bc, porque su maldad ha subido hasta Mí bd». 3Jonás se levantó, pero para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. Y descendiendo a Jope be, encontró un barco que iba a Tarsis, pagó el pasaje y entró en él para ir con ellos a Tarsis bf, lejos de la presencia del Señor bg.

4Pero el Señor desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar bh que el barco estuvo a punto de romperse. 5Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios bi; y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo bj. Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente. 6El capitán se le acercó y le dijo: «¿Cómo es que estás durmiendo? ¡Levántate, invoca a tu Dios bk! Quizás tu Dios piense en nosotros y no pereceremos bl». 7Y cada uno dijo a su compañero: «Vengan, echemos suertes bm para saber por causa de quién nos ha venido esta calamidad». Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Jonás bn. 8Entonces le dijeron: «Decláranos ahora bo por causa de quién nos ha venido esta calamidad. ¿Qué oficio tienes bp, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?». 9Él les respondió: «Soy hebreo bq, y temo al Señor br Dios del cielo bs, que hizo el mar y la tierra bt».

10Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: «¿Qué es esto que has hecho?». Porque ellos sabían que él huía de la presencia del Señor bu, por lo que él les había declarado. 11Ellos le preguntaron: «¿Qué haremos contigo para que el mar se calme alrededor nuestro?». Pues el mar se embravecía más y más. 12Y él les respondió: «Tómenme y láncenme al mar, y el mar se calmará alrededor de ustedes, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre ustedes bv». 13Los hombres se pusieron a remar con afán para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos. 14Entonces invocaron al Señor bw, y dijeron: «Te rogamos, oh Señor, no permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente; porque Tú, Señor, has hecho como has deseado bx».

15Tomaron, pues, a Jonás y lo lanzaron al mar; y el mar cesó en su furia by. 16Y aquellos hombres temieron en gran manera al Señor; ofrecieron un sacrificio al Señor y le hicieron votos bz.

17
En el texto heb. cap. 2:1.
Y el Señor dispuso un gran pez que se tragara a Jonás; y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches cb.

Jonah 2

Capítulo 2

Oración de Jonás

1
En el texto heb. cap. 2:2.
Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez cd,
2y dijo:

«En mi angustia clamé al Señor ce,

Y Él me respondió.

Desde el seno del Seol
I.e. región de los muertos.
pedí auxilio,

Y Tú escuchaste mi voz cg.
3»Pues me habías echado a lo profundo,

En el corazón de los mares,

Y la corriente me envolvió ch;

Todas tus encrespadas olas y tus ondas pasaron sobre mí ci.
4»Entonces dije: “He sido expulsado de delante de Tus ojos cj;

Sin embargo, volveré a mirar hacia Tu santo templo ck”.
5»Me rodearon las aguas hasta el alma,

El gran abismo me envolvió cl,

Las algas se enredaron en mi cabeza.
6»Descendí hasta las raíces de los montes cm,

La tierra con sus cerrojos me ponía cerco para siempre cn;

Pero Tú sacaste de la fosa mi vida co, oh Señor, Dios mío.
7»Cuando en mí desfallecía mi alma cp,

Del Señor me acordé cq;

Y mi oración llegó hasta Ti cr,

Hasta Tu santo templo cs.
8»Los que confían en ídolos vanos ct

Su propia misericordia abandonan.
9»Pero yo con voz de acción de gracias

Te ofreceré sacrificios cu.

Lo que prometí, pagaré cv.

La salvación es del Señor cw».

10Entonces el Señor dio orden al pez cx, y este vomitó a Jonás en tierra firme.

Jonah 3

Capítulo 3

Predicación de Jonás en Nínive

1La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás: 2«Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad cy, y proclama en ella el mensaje que Yo te diré cz». 3Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad muy grande
Lit. una ciudad grande para Dios.
,
db, de un recorrido de tres días.
4Entonces Jonás comenzó a recorrer
Lit. entrar en.
la ciudad camino de un día, y proclamaba dd: «Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada».

5Entonces los habitantes de Nínive creyeron en Dios, y proclamaron ayuno de y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. 6Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza df. 7Y mandó proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes: «Ni hombre ni animal, ni buey ni oveja prueben cosa alguna. No dejen que pasten o beban agua dg. 8»Cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios dh con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino di y de la violencia que hay en sus manos. 9»¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de Su ira, y no perezcamos dj».

10Cuando Dios vio sus acciones, que se habían apartado de su mal camino dk, entonces Dios se arrepintió del mal que había dicho que les haría dl, y no lo hizo.
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